Vivir en la incertidumbre
¡Cómo han cambiado las cosas en los últimos 20 años!
Recuerdo que hace unos años, tenía que llegar a casa para contestar un correo, ahora puedo responder correos a cualquier hora y desde cualquier lugar, solo necesito un aparato móvil. A veces, no siempre, la inmediatez de la información que recibimos puede originar cambios imprevistos en nuestra agenda diaria.
El mundo está cambiando vertiginosamente, y esto no va muy de la mano con las personas que gustan tener todo bajo control.
¿Pero, la incertidumbre es buena o mala?
Eso depende de qué tan frecuente e intensa sea la situación, la característica de la personalidad y la forma de afrontar una situación imprevista. No podemos afirmar que la incertidumbre sea del todo mala, ya que desde un punto de vista positivo nos puede servir como un impulso mayor para pensar en alternativas diferentes que conlleven a una mayor exigencia cognitiva. Por lo tanto, nos ayuda a ampliar nuestros conocimientos y a mejorar nuestra adaptación a cambios y exigencias futuras.
Si nos enfocamos en el punto de vista anteriormente mencionado, la incertidumbre deja de ser un problema. Muy por el contrario, se convierte en un proceso de adaptación ante una situación poco habitual y que, al aceptarla y entenderla, brinda mayor seguridad para mayores y futuros desafíos.
Aquí te dejo algunos pasos para hacerle frente a la incertidumbre:
1-Determina tus metas y objetivos.
2-Enfócate en lo positivo de la situación.
3-Presta mayor atención a aquello que puedes controlar.
4-Sé una persona abierta a los cambios; llegar a tu meta puede tener diferentes caminos.
5-Acepta riesgos y minimiza aquellos que no puedes cambiar.
6-Sé curioso, observa, pregunta.
7-Disfruta tu presente.
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